Engrandece mi alma al Señor,y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador porque ha observado la humildad de su sierva.
Pues he aquí, desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones porque el que es poderoso ha realizado grandes cosas para mí, y Santo es su nombre, y su misericordia llega de generación en generación a los que le temen.
Hizo fuerza con su brazo, dispersó a los soberbios de pensamiento de sus corazones. Depuso a los poderosos de los tronos, y exaltó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes, y a los ricos los despidió vacíos.
Auxilió a Israel, su siervo, acordándose de su compasión, como había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y su descendencia para siempre.
Traducción: Enrique Yuste