Retomando el final del artículo anterior aporto una melodía cuyo inicio presenta el arpegio menor y que, al menos en España, creo que casi todo el mundo conoce: la canción Vamos a contar mentiras. En Andalucía la marcha Campanilleros también presenta un arpegio menor justo antes del tema principal y habrá quien prefiera acordarse de la primera pieza de la Pasión según San Mateo de J. S. Bach y o del tema principal del Concierto para piano nº 1 en Mi m de F. Chopin, pero como dije, cada cual debe encontrar sus propias referencias porque realmente funciona mejor siendo referencias propias.
Ejercicio 1
Una vez que tenemos en la mente los arpegios mayores y menores aconsejo tomar un sonido cualquiera de un teclado y entonar ambos acordes ascendentes y descendentes, primero el arpegio mayor y luego el menor. Una vez entonado es necesario comprobar con el teclado y si es correcto cambiar de sonido.
Ejercicio 2
Una vez que hay cierto control en los arpegios debemos trabajar las escalas naturales (sin alteraciones), las escalas deben de ayudarnos ya que son buenos armazones sobre los cuales sustentar las escalas y una vez dominadassobre un sonido debemos cambiar de sonido y construirlas sobre el nuevo.
Ejercicio 3
Lo mismo que en el ejercicio 2 pero incluímos las 4 escalas mayores y las 4 menores (Natural, Dórica, Armónica y Melódica).
Ejercicio 4
Una vez que hayamos cubierto estas etapas anteriores estamos preparados para enfrentarnos a un coral de J. S. Bach que nos podemos descargar fácilmente de internet o pinchando aquí (Corales de J. S. Bach).
Los corales de Bach son una extraordinaria herramienta con la que aprender entonación, armonía, contrapunto, análisis, composición… Son un material muy rico y concentrado de recursos con los que podemos realizar multitud de ejercicios.
El más sencillo de todos es entonar el arpegio de la tonalidad de un coral y a continuación, tras visualizar la escala y las alteraciones accidentales que presenta, entonar la escala.
Ejercicio 5
Los corales tienen 4 voces: soprano, alto, tenor y bajo. El soprano, que es la linea melódica superior. El soprano suele ser con diferencia la voz más sencilla de entonar por melodía, por ritmo y por tesitura, así que es una buena forma de comenzar. No suele tener saltos, en ocasiones alguna 4ª, y casi todo será grados conjuntos. Así que podemos escoger un coral, entonar el arpegio de la tonalidad, a continuación la escala y cantar el soprano.
Resulta interesante también señalar que los corales están divididos por calderones que se interpretan no en el sentido romántico de nota sostenida, sino como si fueran vírgulas, simples respiraciones. Estos puntos marcados por calderones nos servirán para dividir el coral en secciones con idea de ir entonando cada sección y luego ir uniéndolas.